lunes, 10 de noviembre de 2008

Cuando el barco hace agua



Nota casi de disculpas: Sí, sé que me di vacaciones sin previo aviso, y agradezco el creciente número de lectores que llegaron a este Blog mientras estuve fuera. Es como si lo hiciera mejor mientras menos escribo, gulp! Prometo regularidad.


Ni la victoria de Obama ni la alegría de saber que se fue Del Castillo me dan buenos augurios para el futuro, nacional o mundial. El asunto ése de la crisis financiera ha empezado ya a carcomer muchas de las instituciones culturales más célebres de los EEUU, como reseña inmejorablemente aquí El País. Esta nación, que en el plano cultural se había acostumbrado a vivir del donativo está empezando a poner en jaque a sus artistas. Solo quedarán en pie los presupuestos que se ajusten mejor al mercado, y eso, los peruanos lo sabemos bastante bien, es la invitación a que se instale la francachela y la estupidez que vende mejor. Ahora bien, con lo mucho que me interesa, el tema no me llega a preocupar: diré con refinado egoísmo que esa manera de practicar la cultura, las artes en general, están condenadas a lo que pueda ofrecer un sistema como el capitalista, lo que quiera y como quiera. Diríamos que el sistema capitalista se comporta con los artistas como lo hace Herr Puntila con su criado Matti (en la célebre obra que Brecht le robó a la Wuolijocki): en épocas de estrechez, sobriedad, ni una sonrisa; en épocas de derroche y borrachera, muchos recursos.
Al margen de ello, no sería nada despreciable echar una miradita a la cantidad de dinero que Lehmann y Brothers dieron a la cultura americana de estos últimos años. Y luego pasar a preguntarse si el papel de la cultura como conciencia social y comunitaria es poco menos que una broma de mal gusto cuando se halla tan supeditada a los vaivenes de los poderosos. Así, de nada vale preguntarse por el to-be-or-not-to-be, ni mirar con lúcido pesimismo beckettiano el mundo: el mundo real se burla de los artistas porque ellos han dejado de ser la conciencia de este sistema, hace mucho, mucho tiempo.

P.S. Cuando hace agua el barco... Esta nota lo ilustra todo.