domingo, 20 de julio de 2008

Encontrar un teatro en cada cerro



Lima es una ciudad compleja. La esencia de esa complejidad radica en que en verdad no es una ciudad: son varias ciudades enredadas, entramadas a la fuerza. Como si un huracán hubiera arrancado de cuajo tres o cuatro lugares y los hubiera rearmado a lo collage. Un montón de barrios arrejuntados, divididos al hartazgo, embarrados unos con las imágenes de otros. Por eso me resisto siempre a hablar de "teatro limeño". Preguntaré siempre, el teatro de qué Lima, el de qué sector en específico, qué barrio, unidad vecinal, y mejor aún, el de qué público. Quién lo ve, y sobre todo dónde. Y sobre todo por qué lo ve, quién lo llevó allí, qué causa o casualidad lo llevó a espectar eso que llamamos arte de las tablas.
Pues estas cosas que revolotean mi cabeza de teatrero hace tiempo, se volvieron a chocolear el pasado miércoles, cuando embarcado con mis grandes amigos Lieve Delanoy y Marc Willems, cruzábamos con su pequeño auto desde Magdalena hasta Comas, como quien corta un queso con una gillete. Ellos debían llegar apurados a la función que darían como parte del Sexto FIETPO, Festival Itinerante y Encuentro de Teatro Popular, que organiza Francisco López del grupo Sol de Medianoche, esta vez en el templo de la Parroquia Cristo Liberador y otros sitios del sector llamado Año Nuevo (aquí colgué la Programación).
Pero supongo debo completar harta información: ese miércoles, no solo era Lieve quien se presentaba, con su maravillosa "De tanto Volver", teatro-testimonio sobre un campesino (uno de miles) asesinado impunemente en el Conflicto Armado, espectáculo contado con las tripas, relatado desde la experiencia cercana, desenmascarando hasta al propio teatro y su incapacidad de representar. No solo ella mostraba su trabajo urgente (una urgencia que no ha cesado de llevarla a reponer la obra por casi 17 años), sino que lo hacía también nadie menos que Ana Correa de Yuyachkani reponiendo su "Rosa Cuchillo", la performance elegida por la Comisión de la Verdad y Reconciliación para acompañar muchas de las audiencias públicas en Ayacucho, y que ha recorrido literalmente medio mundo. Pero no solo eso. Aquella noche se uniría a la velada Pilar Núñez, quien sigue siendo para mí la actriz santa de Cuatrotablas, con su "Flor de Primavera", a un día de irse a Miami a representarnos en el Festival de Teatro Hispánico.
Pues, qué les puedo decir, que si me lo decían no lo creía: tres actrices formidables, tres espectáculos vanguardistas, con temas para escarapelar el cuerpo, nada menos, a 15 kilómetros de Lima, y a un año luz de la miopía del Perú oficial.
Y por supuesto que escarapela pensar en Comas, cómo no, este pueblo vecino de Lima, que ha devenido junto con Villa el Salvador, un pulmón expuesto de la teatralidad popular que se resiste simplemente a dejarse tragar por las maravillosas "industrias culturales". Son los bordes que están intentando detenerse a repensar nuestro teatro. ¿Lo harán a prisa o se los llevará de encuentro alguna cervecería, perdón, alguna empresa de servicios culturales?
Escribí algo sobre este asunto en este Post de otro Blog.
¿Hubo público ese miércoles? Hubo, muy variado, muchos niños, sí, muchos niños. Gente que se sopló tres horas de teatro experimental y nada condescendiente. No, si público siempre habrá, eso no dudarlo, en todas partes se necesita experiencias limpias para pensar. (Y luego hubo cena familiar para las artistas y los acompañantes improvisados como yo. Una caigua rellena que añoraba comer, gracias).
Nada, que aún no me repongo de ese día, de ver por enésima vez a Lieve, por enésima a Pilar, de ver por enésima vez algo de los Yuyas. Pero sobre todo de escuchar ese sonido del viento cruzar imponente entre los cerros repletos de lucecitas.

**¿Imagen? Mapa de Lima, localizacion de Comas en azul.

1 comentario:

Anónimo dijo...

QUE BIEN QUE SEA YO EL PRIMERO EN FELICITAR ESTE BLOG DESDE MEXICO SU AMIGO EL MVZ JOSUE A SOLIS(PANTALONES APRETADOS) UN SALUDO MUY GRANDE FRANCISCO POR TODO LO QUE AS LOGRADOS POR EL FIETPO