domingo, 31 de mayo de 2009

No solo pan y circo: Birdhouse factory

Acabo de espectar esta mañana el que yo creo es el espectáculo de circo más impresionante que me ha tocado ver. Se trata del reconocido Cirque Mechanics, y la obra, Birdhouse Factory (La Fábrica de casas para pájaros o algo así), es aguda, sensible, minuciosa... y política. Sí, algo que suele no asociarse al circo. Y no es que a estos genios del movimiento les pase por la cabeza hacer manifiestos: no, se dedican a lo suyo: malabares, rutinas de cuerdas, de ruedas, clown, danza acrobática, etc. es decir, la tradición circense más pura. Pero lo que los hace especiales es haber usado como input imágenes de Hombre ante la encrucijada el mural de Rivera en que se pregunta (y de qué manera) si acaso el progreso industrial no trae aparejada una deshumanización. Además, estos artistas del circo retoman muchas de las imágenes de Modern Times de Chaplin, ese inigualable clown comentarista de la crisis. El resultado es espléndido, sin duda. La obra logra algo que, creo yo, suele ser aspiración central de un arte que divierta y eduque a la vez: decir sin estorbar la pura emoción, conmover por la sencilla razón de su honestidad, esta vez sin palabras.
El argumento es simple: un grupo de parados ven su fábrica cerrarse (Rosebud, el nombre, un guiño a Citizen Kane), y esa fábrica que estaba hecha de esfuerzo humano, como el circo mismo, debe esperar un mejor manager para volver a abrirse. Un manager que entienda la cuestión humana detrás del trabajo, la situación corporal que implica tener un trabajo. Y repito, todo ello logrado con el circo, precisamente el arte del esfuerzo corporal, el arte del riesgo humano continuo.
Pensé que ese tipo de circo solo era posible en los maravillosos delirios que nos dejó escritos Maiakovski en su Misterio Bufo. Pero no es así, felizmente.

Aquí un video de Birdhouse Factory.

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