jueves, 11 de junio de 2009

Tonys, Bagua, Lima


Tengo días de no postear, pero aún no me he muerto. Iba a escribir sobre los Tonys, que fueron acaparados por Billy Elliot, la versión musical de la exitosa y sentimental película de bajo presupuesto que hicieron en el cine británico de hace unos años. La historia es típicamente ganadora de premios: un chico pobre, hijo de una "working family" tiene una gran vocación por la danza, y logra cumplirla por encima del determinismo de su clase social.
Iba a hacerlo, dije, pero en medio sucedieron los hechos que tiñeron de sangre la zona de Bagua, en la selva norte del Perú. Toda esa información la seguí desde Minneapolis, con esa aprensión informativa que solo los que estamos lejos de nuestro país comprendemos y perdonamos, quizás. Entonces, a medida que mi viaje a Perú se acercaba, iba invadiéndome la sensación de que no podría hablar de nada tan importante como el enfrentamiento entre los ciudadanos de la selva peruana (a los que la prensa interesada llama "nativos", para disimular el racismo, supongo) y la policía peruana, enviada a la mala por un gobierno que ya ha probado que en materia de Derechos Humanos son unos campeones de la mala leche y la indolencia. Aunque este tema no tuviera relación con el teatro. Y con ese sentimiento mixto, el de la historia melosa del chico pobre que sí logra ser un gran bailarín, y el relato real de la comunidad pobre que reclama por su sobrevivencia, su agua y su tierra ni más, llegué anoche a Lima.
¿Qué encontré? Que una vez más estar lejos perfila mejor las sombras. En breve: que esta sigue siendo una nación que no lamenta la sangre derramada si no es "de gente importante". Pensé que estarían los climas inquietados como para botar a su casa a García Pérez. Pero no, la meliflua costumbre de condenar sin condenar, sigue siendo nuestra forma de encarar los problemas sociales. Como sucedió con Sendero, ni más. Veremos si sigue sigual cuando los grandes conflictos de los "nativos" y las grandes corporaciones lleguen a tocar el nervio central de la tranquilidad rimense. Si es que pasa, ojalá no.
Mientras tanto, pienso en esta mañana fresca, al ritmo de ruidos de buses y vendedores de fruta, que perdí una oportunidad no hablando de los Premios Tony.

Actualización 12-06:
Realmente ayer fue un día de muchas protestas en Lima, Ayacucho, Arequipa y varias otras ciudades del Perú. ¿Tomará fuerza esta protesta contra el gobierno? no lo creo, en verdad, aunque esté basada en medidas de fuerza, mi impresión sigue siendo que el ciudadano en general, aunque le asalte la indignación, no es capaz de apoyar grandes revueltas. ¿Tiempos que han cambiado?
Dos notas histriónicas (porque se trata de actrices) en la protesta de ayer: la solidaridad de Magaly Solier y de la peruano-alemana Q´orianka Kilcher (en la foto).

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