lunes, 28 de febrero de 2011

¿Y por qué no el cine?

Me gusta el cine, pero no me apasiona.
El otro día estaba respondiendo una de esas entrevistas para conseguir trabajo en la Academia, y uno de mis entrevistadores, previa disculpa, pasó a hacerme una consulta no tan inusual: "A usted le interesa investigar teatro, pero ¿por qué no se interesa en el cine?". Supongo que quería decirme que estudiar el cine es más prestigioso, o está más de moda. O quizás quiso decir: "¿por qué no también el cine, si al final son tan parecidos?". Bueno yo le di una cuidadosa respuesta que no detallaré aquí, que me ganó el halago de mi interlocutor, y me aseguró de paso que el Comité que me entrevistaba jamás me diera el trabajo.
En verdad mucha gente del área literaria o cultural tiene esas presunciones. Pero en mi opinión aunque hay mucho de aparentemente similar entre teatro y cine, las distancias son grandes. Tomemos por ejemplo el caso de la actuación. En ambos, cine y teatro, hay actores, códigos de actuación, representación a través de la corporalidad. Pero mientras el cine privilegia el estilo realista, o hiperrealista, probablemente por la gran influencia de la industria cinematográfica, en el teatro ese estilo de representación es uno entre varios. En el teatro contemporáneo se puede observar con igual fuerza las tradiciones no realistas de representación, como las formas experimentales del tercer teatro -una suerte de ritual preexpresivo, plenamente simbolista- o el expresionismo en variadas facetas, quizás la vertiente brechtiana sea la más visitada. En la actuación teatral esas otras tradiciones tienen presencia efectiva e influyente en el devenir del teatro como arte, y quizás por eso también el propio realismo teatral sea bastante menos "realista" que el realismo cinematográfico. El campo de experimentación, digamos con claridad, el campo de libertad creativa, es mucho más amplio. Esto también tiene que ver con los recursos artesanales que aun conserva buena parte de la producción teatral.
Pienso que la diversidad de códigos de actuación es, por ejemplo, una patente muestra de la distancia discursiva entre actuar para el teatro y hacerlo frente a una cámara. Las múltiples marcas del trabajo de un actor de teatro son un mayor deleite para los sentidos, y también para el trabajo de analizarlas.

3 comentarios:

Jaime Coaguila dijo...

Hola Carlos,
Puede ser, como dices, que el cine en general tenga un método de actuación más 'realista' que el teatro. Pero esto no implica -para nada- que el cine en general sea más 'realista' que el teatro. En el cine el anti-realismo, la experimentación, el simbolismo etc etc va por otro lado que no es el de la actuación...

Jaime Coaguila dijo...

perdón, Carlos, no soy Jaime Coaguila sino Javier de Taboada. Este wey le puso su nombre al blog y de ahi todos fritos...

Carlos Vargas Salgado dijo...

Hola, Javier
Es cierto, el campo de experimentación está en otros ámbitos del lenguaje cinematográfico. Mi punto va sobre la equivocada idea de que teatro y cine son muy parecidos para analizar o estudiar, pienso que coincidirás conmigo en que no es así, que necesitas otras destrezas de lector para tomar cada caso. No creo que el cine sea menos experimental que el teatro, pero sí creo que la actuación en cine tiene menos libertades creativas o al menos, está más marcada por el realismo stanislavskiano-strassbergiano. Claro, en especial el cine de los EEUU.
Saludos! Gracias por comentar!