lunes, 21 de enero de 2008

Sebastián Salazar Bondy


Con motivo del aniversario de Lima (18 de enero), el Dominical de El Comercio se animó a preguntar a varios intelectuales sobre la vigencia de "Lima, la horrible", el trascendental ensayo que escribiera Sebastián Salazar Bondy hace más de 40 años. Pueden hallar los textos de los entrevistados en este enlace.
Imagino que la importancia de SSB volverá a la discusión cada vez con más fuerza, como una de las mayores y más auténticas voces de la literatura de la peruanidad y de la literatura peruana (que no siempre son términos equivalentes, lamentablemente). Muchos datos me animan a afirmarlo, desde estudios sobre su obra en conjunto como el del francés Hirschhorn, "SSB, Pasión por la cultura" (2005), o la reciente edición (2004) que hizo la UNMSM de la labor periodística de SSB. Tampoco es menor el asunto de que la Universidad de Concepción en Chile haya reeditado y debatido "Lima, la horrible" (2002) ( ¿mera casualidad?)
Y pienso que el interés volverá porque luego de un largo tiempo de enfrentamientos extremos, quiero creer que los siguientes años pueden mostrarnos la necesidad de volver a exposiciones intelectuales apasionadas pero pacíficas respecto a los grandes problemas y desigualdades nacionales, que en el caso de Sebastián Salazar Bondy, como en Arguedas, son la zona medular de su expresión como intelectuales. Por supuesto, aquello no es lo único que cuenta en el caso de un escritor. La calidad literaria es central en la consideración, y ese elemento en SSB también se cumple a plenitud. Su poesía, además del ensayo y el periodismo, pueden dejar clara muestra de sus altas exigencias estéticas, enorme mérito en un hombre que fue, a su manera, un artista de intereses múltiples.
Pero por supuesto no deberíamos olvidar la dramaturgia de Salazar Bondy, que atraviesa como columna vertebral la aventura creativa del gran autor limeño. Su obra sigue siendo, creo yo, capital a la hora de hallar un referente obligado en la literatura dramática peruana. Algunas de esas obras no podrían dejar de aparecer entre lo mejor que se ha escrito para el teatro en el siglo XX peruano, en especial para mi gusto, ¨No hay Isla Feliz", "Algo que quiere morir", "El Fabricante de deudas", "El Rabdomante" (recientemente considerada por Silva Santisteban entre lo más destacado de los 60 en su Antología General del Teatro Peruano). Tampoco hay que perder de vista los géneros "menores", los juguetes extraordinarios como "Un cierto tic tac", "El de la valija", "En el Cielo no hay petróleo", entre otros. O su versión moderna del Ollantay, escrita junto a César Miró.
Ahora, es cierto que la obra dramática de SSB ha perdido presencia en los grandes teatros, fenómeno más explicable por la diferencia ideológica con los productores que por la calidad y exigencia artísticas, puesto que SSB innovó en su escritura teatral como pocos, y se arriesgó a múltiples influencias modernas (realismo americano, Brecht, teatro del absurdo), solo que nunca perdió el norte de la discusión de lo nacional y un gusto por hacer del teatro un espectáculo accesible, popular en el mejor sentido. Tal vez en esto último, SSB sí ha resultando ser un tanto insólito (o no del todo comprendido) en nuestros días, ya que su gusto por la gran comedia o por la pequeña, parecen extraños a un teatro que se ha vuelto grave como el nuestro, teatro que, como alguna vez dijo Hugo Salazar D.A, goza de buena salud pero no de buen humor. Pero eso, creo yo, no atañe a todos los circuitos de la expresión dramática peruana, y si no, echémosle una mirada a la cantidad de obras de Salazar Bondy que se siguen representando por teatros escolares, universitarios y amateurs, un mérito envidiable por cualquier dramaturgo y que de ninguna manera es menor, como este mundo de cabeza quisiera dar a entender. Las huellas se hacen mejor en el tronco y no en las flores de los árboles. Tal vez por eso tenga sentido que la reciente Oxford Encyclopedia of Theatre and Performance (2003) aún lo considere influyente, a pesar de los años transcurridos desde su muerte (1965).

El 4 de febrero se cumplen 84 años de su nacimiento. Tal vez sea tiempo de celebrar a este autor peruano, porque eso será celebrarnos todos juntos.


***Más sobre SSB: El grupo teatral Infinito por ciento de Lima, ha desarrollado una Página web, Presencia de Sebastián, que pueden ver aquí. Y la Universidad Mayor de San Marcos, por supuesto, ha dejado al dominio público su reciente edición sobre artículos periodísticos de Sebastián. Pueden visitarla aquí.
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