viernes, 1 de febrero de 2008

Regreso de Rasu Ñiti


El Comercio (ver aquí) publicita el inicio de una nueva miniserie, El gran reto, en Frecuencia Latina, en la que se darán cita como personajes centrales Danzaqs, bailarines de la mundialmente conocida Danza de Tijeras peruana. Puedo imaginarme las múltiples preguntas que surgirán: ¿cómo se representará a los bailarines, se tratará de reconstruir su enorme valor cultural indígena, o se optará por tratarlos como solo bailarines folclóricos? ¿Exotismo o valoración de lo nacional? Es decir, las cuestiones que vienen a la palestra cada vez que en nuestra cultura tratamos de dialogar con nuestras multiples marcas identitarias, en especial las que vienen de los mundos andino y amazónico. Y es que como sucede con muchas otras performances culturales (pero especialmente con ésta) no es tan correcto considerarlas simples danzas, en el sentido que aquel género reviste desde una perspectiva moderna. Varios estudios (Núñez Rebaza, Castro-Klarén) siguen demostrando que la práctica cultural de los Danzaq rebasa el lenguaje del entretenimiento y se adentra en una matriz mágico-religiosa cuyo valor aún podemos hallar en rituales de las zonas rurales de Ayacucho, Arequipa o Apurímac. En la Danza de Tijeras la notación coreográfica está entrelazada con un desafío de la propia corporalidad, lo que la acerca a otras formas no espectaculares de mortificación y sigue alimentando el misterio que parece envolver a los Danzaq de tijeras tradicionales, considerados herederos de movimientos coloniales como el Taqui Onqoy.
Por supuesto no es solo tema para antropólogos. En el Perú hay una gran cantidad de practicantes de la Danza, para los que no necesariamente hay una relación explícita entre el baile y el ritual, aunque no estoy seguro que la prevalencia de lo primero afecte las posibilidades de lo segundo. Por otro lado, hace tiempo que la Danza de Tijeras es un espectáculo de bandera del Perú, y llama la atención dondequiera que se presente. Solo como ejemplo vean este programa en el Kennedy Center hace unos años.
Pero lo interesante del caso de la miniserie nueva de Frecuencia Latina, es la vía extrínseca (además de unas entrevistas) por la que los productores llegaron a los Danzaq. Léanlo directamente en el artículo aludido al inicio, cuando ellos lo explican:
"Vimos 'El rey de las máscaras' ('Bian Lian'), un filme sobre un maestro y el arte tradicional de las máscaras en China. Tratamos entonces de juntar el tema de la tradición y quisimos adaptarlo a algo más local. Entonces llamamos a Damián y a Rómulo y modificamos el guion". Fascinante aproximación. ¿Por qué llegar a los Danzaq a través de las artes tradicionales Chinas? No estoy diciendo que sea un recurso inadecuado, por el contrario, me parece perfectamente acompasado con los nuevos tiempos: como quiera que es más fácil conseguir producción hecha en y para los mercados internacionales, antes que fuentes primarias nacionales (aunque estén geográficamente más cercanas), tal vez es posible acercarse a lo nacional paradójicamente desde lo oriental, es decir, lo exótico para Europa y los Estados Unidos. En la búsqueda de exotismo nos cruzamos con nuestra propia imagen, como si mirando objetos de un museo de pronto halláramos un espejo.
Por eso no creo que sea una mala idea (bueno, veremos el resultado artístico) poner en escena, en pantalla de TV, personajes que conectan un mundo real y un mundo aparente de miniserie. Ojalá a los productores no los traicionen las necesidades comunicativas del relato y puedan armonizarlas con el valor de los artefactos culturales que usan. Eso es posible: podríamos recordar, manteniendo todas las distancias que se quiera, en cómo el proyecto literario de La Agonía de Rasu Ñiti, el genial cuento de José María Arguedas sobre un Bailarín de Tijeras, sí cumplió con ambas cosas: entregar un relato literario occidentalizado, poderoso, y a la vez, encodificar elementos culturales de una práctica que obviamente escapa de lo artístico.

**Vale la pena, a propósito de Rasu Ñiti, recordar la adaptación que se hiciera para la TV con actuación de Luis Álvarez en los años 70, o las más recientes versiones teatrales de Sara Joffré con José Navarro y de Javier Maraví con el grupo Waytay.
*** Para quienes no estén familiarizados con esta performance, hay varios videos, como estos, disponibles en youtube. Y este artículo de Juan Zevallos Aguilar es también muy ilustrativo.

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