jueves, 17 de abril de 2008

Mario Delgado en la Revista Textos de Teatro Peruano


Este 21 de abril de presenta el número 6 de la Revista Textos de Teatro Peruano, que editan Mary Soto y Bruno Ortiz en Lima. Este número estará dedicado a la dirección teatral, y contendrá textos de 36 directores de toda la nación, además de ensayos de críticos e investigadores invitados, como Gustavo Geirola y Carlos Espinosa. Mientras espero que llegue mi ejemplar, los dejo con la primicia que me remitiera gentilmente Bruno: un artículo de Mario Delgado, director de Cuatrotablas, y que es una suerte de manifiesto sobre el nuevo tiempo del teatro en el Perú. Las fotos me las facilitó también Bruno, y pertenecen a los espectáculos: Gesta del Guerrero Moche, y Perdidos en una sucia noche, de Brugas producciones (Lima).



DEL PORNO DURO DEL TEATRO PERUANO

A LOS EDIFICIOS TEATRALES

DEL TEATRO DE GRUPO

Escribe: Mario Delgado Vásquez

Vivimos hoy un tiempo duro. El teatro en general está volviendo al teatro del siglo XIX.. Conservador y altamente técnico. Directores buenos y de gran calidad que dirigen textos clásicos y modernos con herramientas moderna, capturaron lo moderno para “ensuciar la cara limpia del teatro conservador”.

PRELIMINARES, LA NAVE DE LA MEMORIA, 2003

Con estas líneas abrí el primer libro sobre Cuatrotablas, compilado por diversos artículos a través de los primeros 30 años de laboratorio. Han pasado 8 años de las palabras escritas al inicio del libro y hoy suenan a premonición...

Tiempos duros, nos han tocado vivir en la plenitud de nuestras vidas. Tengo 61 años cumplidos; pero todavía resuenan los tambores de OYE y se agitan las banderas ensangrentadas. Mi país no es feliz. Y los “altos niveles” del poder, en la cultura; reaccionan al nombre de “Arguedas, el suicidio de un país” nombre que “he tenido que cambiar por el marketero: “Arguedas, los ríos profundos” y aún así, Arguedas suena a subversivo.

Se le rinden honores en las “más altas esferas de la cultura oficial” pero no se permite el auspicio al espectáculo que quiere llegar a “un millón de niños y jóvenes del Perú” y motivarlos a leer y pensar el país desde la visión maravillosa de éste peruano insigne.

Tiempos duros, porque “aparentemente” no hay censura, sólo “el veto directo de los amigos propios”. Tiempos duros que obligan a acondicionarnos, a adaptarnos, dirigirnos, conducidos a un país feliz, no suicidado.

Cuando hablo de país suicidado, estoy hablando de ese “viejo país feudal, el del pongo” que tomó la pistola y lo ayudó a José María a destruirse. Ese mismo país con ese acto dio fin a una ignominiosa etapa desde la fundación de la república. Mientras haya un “pongo oficial” aceptado por la sociedad peruana; el viejo país se resistirá a morir. Para mí en el nivel simbólico, ese viejo país desarraigado se suicidó con Arguedas, mientras nuestro arraigado escritor tomó su vida, como dirían los alemanes.

Tiempos duros para un nuevo país que Arguedas soñó. Tiempos duros para ese viejo país al cual un militar del ejército pata en el suelo, terminó de enterrar y que no quiere irse del todo. ¿Yo vi a Saturnino Huillca, `acompañado de los alcaldes indios don Pablo Maywa y don Víctor Puza`, ingresar al Congreso de la República un 3 de octubre del `75? para inaugurar el I Congreso Nacional Agrario. Esa mañana a las 9.00 am. tembló literalmente Lima bajo 6 ó 7 grados Richter.

Tiempos duros para hablar del Porno Duro del Teatro Peruano. Ya Grotowski en 1989 nos dijo en Pontedera, “van a tener que prepararse de los “yupis” teatrales – como Peter Brook – para negociar con el gran capital y poder sobrevivir en el futuro. El gran capital va a invertir en el espectáculo. Y el teatro se va a confundir con él.

El teatro de arte, esta más cerca del ritual “grotoskiano”, que del gran espectáculo mediático del teatro de hoy, el “Arte de la Globalización”, ha desvirtuado nuestras búsquedas. Todo el teatro peruano fue siempre de grupo, independiente, colectivo o empresarial, rústico o fastuoso, nunca hemos tenido un teatro oficial como decisión democrática del Estado. Como en Alemania, donde la definición oficial del teatro que el Estado produce es la más cercana a una utopía que en el Perú nunca se llegó a dar. Y no sólo en el teatro sino en todas las artes.

Entonces, ¿Qué pueden hacer los directores con sus empresas, cuando éstas dependen del gran capital, de los “sponsors” y de la celebración del público y su afluencia?.

Defino teatro de empresa frente al teatro colectivo. Dos formas de producción que han determinado la actividad social del hombre desde los albores de la humanidad. No se trata de abogar por una ni otra, sino simplemente constatar su existencia y de cómo dialécticamente contribuyen al desarrollo cultural de un pueblo.

En el Perú desde el teatro Marzano, hasta un claro del último pueblito de la selva peruana luchan por un teatro nacional cada uno a su manera.

Pero sin embargo, -algo- está definiendo esta confusa búsqueda, que nos lleva al Porno Duro de las grandes empresas hasta los edificios teatrales del Teatro de Grupo.

¿A que llamo el Porno DURO? Conmover al público con un clásico, llámese FAUSTO o ÑA CATITA ya no es un negocio. La gran masa consumista del Perú que va de los acantilados miraflorinos a los bosques ecológicos de San Isidro, exige más. Está hambrienta de emociones.

Emociones altamente reprimidas que pasan de lo más oculto y sórdido de nuestra sociedad. Vemos con asombro cómo directores afamados recurren a obras cinematográficas que en su momento tuvieron gran impacto y que nos permiten ver a un guapo modelo actor con una actriz de televisión, increpar a otra guapísima modelo de nuestro canal oficial, sobre los niveles más duros de sus relaciones sexuales, ver a fortachones actores - strippers haciendo de héroes y coros griegos ante una masculina y fuerte ISMENE y una femenina y débil Antífona, ver a otra importantísima actriz defensora de los derechos humanos sufriendo un intento de violación a gritos destemplados por parte de un energúmeno actor icono de nuestra TV comercial y “formado actoralmente en el extranjero”, quien luego a su vez se convertirá en la víctima ultrajada por la tamaña heroína. Ver bichos y teatro de terror, ver incestos sucedidos en las más altas familias burguesas de Lima representada por las más pudorosas matronas actrices y caballerosos señores actores de nuestra actual escena oficial, la única, la de los “sponsors” y los grandes bancos.

Las ansias de ese aterrador y pudiente público consumista ha sido saciada a medias; diría yo; porque el gran PORNO DURO del teatro se está haciendo a escala mundial, a través de los grandes espectáculos financiados por los grandes festivales que el gran capital auspicia y el público consume.

Que pena, como diría un viejo maestro o mi padre, “tanto talento digno de mejor causa”.

Frente a este desolador? panorama... surgen los Edificios Teatrales. Del teatro de grupo, desde el corazón de la ciudad hasta los extremos del sur y el norte, los teatros de grupo van surgiendo sobre ladrillo y cemento, en medio de los antes arenales y hoy pujantes ciudades. Tirándose abajo viejas casonas solariegas para organizar galpones de teatros modernos. En ello se construyen los principios y la ética de una practica escénica dirigida a expresar lo bueno lo malo y lo feo del país. Un teatro pobre de escenarios, luces y tecnologías en el que el actor se transforma en el eje de una acción dramática que nos devuelve la realidad transformada. Un teatro que con enorme pasión entrega los insumos que el “otro teatro” tomara para hacer de este un producto de consumo artístico. Un teatro subvencionado en el mejor de los casos, por grandes fundaciones u ONGs ansiosas de consumir contenidos que les den sentido a su existencia.

Sponsors o fundaciones, grandes bancos o los excedentes de los bancos, que se reparten a los países pobres sin teatro y que permiten que hoy tengamos en el Perú este dramático y contradictorio panorama.

Estas Ideas las comencé a imaginar hace un año, en un artículo del cual lo más seguro era el título. El titulo demasiado extremista me hizo pensar en un momento que no era tan extremadamente dura la realidad teatral y que ésta no se merecía una reflexión sin esperanza.

Sin embargo, este fin de semana dos espectáculos me hicieron pensar que esta era una urgente reflexión.

Un edificio teatral produce, un experimento escénico en el que maravillosos actores teatrales del Teatro de Grupo, luchan por dejar de representar para ser. Están vivos porque han sido capaces de mirar su muerte. Brillante propuesta de uno de los grupos más insignes del teatro colectivo peruano.

Y por otro lado, una propuesta empresarial de un Centro Cultural Binacional, apuesta por un no menos grande, como grande es nuestro autor, el único aún no dado nóbel de la literatura nacional. Un espectáculo donde nuestro “escribidor” acompañado por un director conservador y dos excepcionales actores, se arriesgan juntos en enrostrarle a la sociedad peruana, la gran mariconada nacional.

Chorrillos, 9 de abril de 2008

Centro Piloto Cuatrotablas

1 comentario:

Anónimo dijo...

me siento con "movida" cuando leo tus lineas. es cierto que estamos devorados por el consumismo teatral a gran escala. Pero, creo que el mundo gira más rapido, por tanto el teatro va con mas rapidez.
Algo asi como un Blue ray o un Ipod.siento que se puede conciliar lo "pasado" con lo nuevo. el chiste está en saber hacerlo y entenderlo.Está en manos de gente con vision de futuro hacer cosas nuevas y honestas.Yo recuerdo mucho el encuentro de teatro promovido por PROM PERU. Era colosal codearse con el poder!!!!, pero, luego vendría la angustia de ya no poseer los mismos lugares y los mismos colores y olores a los que uno quedó acostumbrado.
finalmente, creo mucho de lo que aqui expone Mario Delgado.Resulta dificil escoger y ser auntenticos ¿verdad?.Me gustaría conocer mas a profundidad la agonía y ese tono de suicidio al que nos llevaría Arguedas.Lima es de por sí depresiva, aunque tenga colores y brillo nocturno es triste como tan triste es su gente y por una EUFORIA salida de la depresion mas grande y es por ello que muchos de sus funcionarios y gobernantes han cometido errores de generación en generación.
No perdamos la esperanza de tener un teatro propio y no el de siempre: copiado del exterior.Hasta la direccion escenica...Diantres!!!
Pienso que el Perú es mas grande que la cefalea limeña que agobia y maltrata a tantos otros teatros nuevos y autenticos.