miércoles, 16 de abril de 2008

Vallejo, otra vez


NOTA: Publiqué esta entrada en diciembre del año pasado, con motivo del aniversario de Chaplin. Ahora toca el aniversario de muerte del poeta peruano, y perdonarán que vuelva a postearla pero se trata de un breve homenaje, recordando algo distinto de nuestro Vallejo.

Segunda nota: Les recomiendo visitar el Blog Laxion de Cuatrotablas, y ver algunas escenas (abajo a la derecha en dicho blog) de su puesta titulada precisamente "Vallejo". El enlace aquí.


Se cumplen 30 años de la muerte del gran Charlie Chaplin, y los homenajes han vuelto a escena. En la Página Web oficial de Carlitos pueden hallar noticias, fotos, menciones bibiográficas, etc, e incluso en Youtube se puede encontrar trozos de sus extraordinarias películas. Por mi parte solo quiero traer a cuento que el inmenso prestigio de Chaplin en la primera mitad del siglo XX, impresionó a muchos artistas de teatro en todo el mundo (recuerden la legendaria mutua admiración que se profesaron, dicen, con Bertolt Brecht), y en especial a un escritor peruano también de enorme talla: César Vallejo.

La admiración del Cholo universal por personajes como Charlot, el vagabundo al que Chaplin hizo estrella de muchas de sus cintas, no es un secreto. Vallejo le dedicó varios artículos, algunos prodigiosos como “La pasión de Charles Chaplin”, según ha enjuiciado Winston Orrillo. Otro ejemplo es este breve artículo vallejiano que recogió Mirko Lauer en su antología sobre las Polémicas Vanguardistas en el Perú, y que mantiene online el excelente proyecto de Bibliotecas Virtuales de la U. de San Marcos (ver aquí).

Cierto que poco se menciona, además, que el gran poeta peruano fue un apasionado por el teatro hacia el final de su corta vida, y que escribió para él varias obras y acaso el más ambicioso proyecto de teorización teatral que hiciera un dramaturgo latinoamericano, acercándose a lo que más complejamente plantearía Brecht. El principal estudioso de la estética teatral de Vallejo es el peruano Guido Podestá, que enseña en la U. de Wisconsin. Justamente es Podestá quien ha dedicado trabajo a estudiar un texto teatral vallejiano, lamentablemente incompleto, llamado ¨Dressing Room¨ en que el peruano hace encontrarse a Chaplin con su alter ego, Charlot.

Pero volviendo a Vallejo, las relaciones que puede hallarse con Chaplin superan lo casual, y para ello sería interesante leer lo que el gran crítico cubano Fernández Retamar escribiera en el Prólogo a las Obras Completas de Vallejo, que copio para que no se diga que me lo inventé:

“Esta poesía (vallejiana) de lo tierno y lo grotesco, que tuerce un sombrero entre las manos y sale agarrándose los pantalones, que hace reír y llorar, y reparte palmadas en las espaldas porque al cabo a todos nos ha pasado esto de estar vivos; esta poesía nos recuerda mucho (y más que a otro poeta) a un artista a quien Vallejo admiró sin reservas: Chaplin. Quizá se diga algún día que sólo en los versos de César Vallejo, sobre todo en sus Poemas humanos, el arte moderno encontró un parigual de la con­movedora saga del hombrecito del bastón, el sombrero hongo y los zapatones; de la historia del desconocido lleno de humanidad que hizo reír y llorar a grandes y chicos.(…) En los poemas de Vallejo pasan cosas: es la suya una poesía llena de temporalidad; y es una poesía dramática, en todos los sentidos: incluso en el de que en ella tiene lugar un drama. Sabemos cuál es su protagonista, porque nos es nombrado varias veces: César Vallejo. Este es al poeta homónimo lo que Charlot es a Chaplin: su personaje y su verdad, su máscara y su rostro más real. A ese prota­gonista le pasan cosas, y esas cosas, digámoslo aunque parezca melodramático, o quizá precisamente por ello, esas cosas se llaman la vida”.

Se queda uno perplejo.

Bueno, el aniversario de Chaplin me lleva a Vallejo, y Vallejo me lleva al teatro. Por eso hablando de aniversarios, el 2008 puede ser un buen pretexto para poner al autor de Santiago de Chuco en escena, especialmente porque será un año Vallejiano (70 años de su muerte), y además porque sus obras pasarán a dominio público. Es verdad que varias están en francés, pero ya han circulado dos ediciones con traducciones en Perú (1979 y 1999) ambas hechas por la PUCP, que se puede consultar.

***Ah, y esos dos magníficos apuntes gráficos se los debemos a mi gran amigo el reconocido caricaturista Omar Zevallos. Pueden ver más de su trabajo en: http://omarzevallos.blogspot.com

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