sábado, 14 de febrero de 2009

Los métodos Grönholm de América Latina


El estreno de El Método Grönholm, del catalán Jordi Galcerán en el teatro ISIL de Lima, da pie a algunas reflexiones. La obra, que ha tenido lo que suele llamarse éxito, traducciones, puestas (la primera, dirigida por Sergi Belbel en 2004, y una de las últimas dirigida por Daniel Veronese en Buenos Aires), vio su clímax cuando el también Argentino Marcelo Piñeyro la adaptó para el cine titulándola simplemente El Método (2005). El filme (aquí hay un trailer) se llevó varios Goyas y fue saludada con efusividad. Aunque dicen que su autor original protestó por los cambios "de temática social" que el argentino había introducido, y una atmósfera pesada a lo thriller que tal vez a algunos les guste más que la de alegre vodevil comprometido que tiene el texto dramático. Y de hecho los finales son diferentes, pero no los contaré. Pero el arranque es el mismo: unos tipos cson convocados a una selección de personal en grupo, para acceder a un gran puesto en una transnacional. Esa prueba se hará aplicando el método Gronholm, y los llevará a pelearse todos contra todos en pos del trabajo.
De cualquier forma, si les da el tiempo, pueden hallar El Método con facilidad a través de Netflix, a través de Amazon, o los peruanos en Centro Lima oficialmente pirateada, de seguro. (No es broma). Y si les sigue la cuerda, aquí tienen un enlace para leer el texto de la pieza teatral original, en donde puede apreciarse de entrada que la adaptación al cine extendió el número de personajes, y creó algunos guiños a la realidad de los desocupados, además de anclar alguna de las nacionalidades de los personajes en Sudamérica.
Comparando ambos objetos artísticos, película y obra teatral, creo que prefiero el tono negro de la película, antes que el juego a lo gran joda del texto teatral. Veremos cómo opinan ustedes. Lo único que tengo claro hasta aquí es que para métodos inhumanos de selección de personal y trabajos en las grandes corporaciones y fábricas, los latinoamericanos tenemos mejor experiencia, solo recuerden "El hombre que se convirtió en perro" de Dragún, o "La Empresa perdona un momento de locura" de Rodolfo Santana. Tal vez por eso no nos llame tanto a la risa: es una cuestión de tradiciones, quizás.
Aquí hay datos de la puesta peruana. Y unas escenas aquí.

**Imágenes de la película El Método de Marcelo Piñeyro.

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