viernes, 21 de diciembre de 2007

Santiago a mil


Las noticias de El Mercurio de Chile, (ver aquí) dan cuenta de la efervescencia teatral que, como es común, invadirá el enero santiaguino a través de uno de sus festivales más interesantes, el llamado Santiago a mil (antes Teatro a mil), cuya página principal pueden consultar en este enlace. Es interesante echarle una miradita a lo que nuestro lejano vecino hace, y luego pensar en nuestra propia realidad.

Este Festival puede llegar a ser paradigmático respecto a los cambios que una iniciativa de teatristas puede tener en un ambiente de desarrollo galopante de la producción teatral. En solo 14 años, el Teatro a mil ha pasado a convertirse en referencia obligada de la enorme oferta estival que tiene la Capital chilena. Sin embargo, también ha dejado de ser aquel revolucionario encuentro que iniciaron gente como Andrés Pérez (Gran circo Teatro), para ir de la mano de Romero y Campbell, productores integrantes de la Red Latinoamericana de productores (redlat.org), hasta ser un gran Festival de aliento internacional. Ahora hay varias ciudades implicadas y aunque suele pagarse (ya no los legendarios Mil pesos que dieron su nombre al Festival original, sino mucho más), también hay muchas funciones gratuitas. Su público estimado del último verano fue: ¡un millón de espectadores!!!

Y la verdad es que la oferta ha sido siempre interesante en estos años. Los chilenos han podido ver en este encuentro puestas de Astrid Hadad, Pina Bausch (miles de chilenos han visto Pina Bausch gratis, sí), Peter Brook, entre varias otras luminarias. Este 2008 el invitado especial es el Piccolo Teatro de Milano. Sin embargo, a diferencia de otros encuentros que se arrogan la condición de internacionales, el Santiago a mil ha creado un sistema para elegir obligatoriamente obras chilenas (vean la selección de este año), y homenajes e intercambios que benefician de manera real a la difusión de sus autores y directores locales. Lo hicieron con Juan Radrigán, por ejemplo, mi autor chileno favorito, hasta promover puestas internacionales del célebre autor de “El loco y la triste” en Francia y Eslovenia. En el intercambio con el extranjero, los chilenos no parecen padecer de anatopismo cultural, y exhiben sus productos teatrales, y su gente, junto a los extranjeros mientras protegen lo nacional. Eso hace singular este enorme encuentro.

Por supuesto cada quien puede sacar sus moralejas sobre la vida cultural de otro país, pero las mías son específicas (y contradictorias, como siempre): Primera: todo lo que puede suceder con iniciativas culturales de objetivo popular, cuando llegan a las manos de productores profesionales. Pero además, todo lo que se pierde de auténtico interés contestatario en el proceso, para ceder paso a grandes publicidades de las empresas que auspician. Es de todas maneras, una experiencia cercana a tener en cuenta.

**Foto: La Negra Ester, Gran Circo teatro, dir. A. Pérez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tengo que darme el gusto de hacer un comentario de este festival en santiago de chile el cual vivi de cerca cuando estube viviendo en santiago en el 2004, conoci muchos amigos actores chilenos con quienes compartimos esperiencias e intercambiamos creencias y pensamientos sobre el teatro en peru y chile,yo estube visitando en el barrio de bellavista el cual se puede parecer mucho a barranco en lima con bares, lugares de poesia de bohemia, con teatros es muy especial en santiago este barrio, lo que mas me gusto fue la fuerza que tiene este festival en chile, y mas que apreciar mas las obras convencionales en los teatros las que mas me agradaron fueron las que vi en la calle que tambien formaban parte de este gran festival, jovenes principiantes , actores experimentados todos con la oportunidad de mostrarse ante un publico que concurria a esta gran celebracion,tuve la alegria de ver por primera vez el famoso teatro en bus, se trata de una obra reprsentada dentro de un bus que empiesa desde que uno lo toma, este bus va parando en diferentes lugares el publico se baja y sigue a los actores en diferentes locaciones y en esta portunidad termino en el cementerio principal de santiago.es muy grata la experiencia les invito algun dia a ir a este festival pero que lo vivan de cerca en todo, no solo en los teatros tambien en sus calles y eventos que son parte de esta gran celebracion, ojala algun dia en peru se pueda hacer algo parecido.